THE CIVIL WARS


CONCEPCION, TEXTO y DIRECCIÓN: MILO RAU
TEXTO e INTERPRETACIÓN: KARIM BEL KACEM, SARA DE BOSSCHERE, SÉBASTIEN FOUCAULT y JOHAN LEYSEN
INVESTIGACIÓN y DRAMATURGIA: EVA-MARIA BERTSCHY
DURACIÓN: 130min
FOTO: MARC STEPHAN
PRODUCCIÓN: MILO RAU e INTERTIONAL INSTITUTE OF POLITICAL MURDER
MERCAT DE LES FLORS (SALA OM, GREC 2015)

Quizás uno de los espectáculos que más curiosidad despertaba fuera The Civil Wars. Hace dos años, Milo Rau nos dejó impactados con Hate Radio, pero esta vez la curiosidad mató al gato. La búsqueda por elaborar una trama con la actualidad europea, basada en que le lleva a un joven a alistarse a los grupos terroristas islámicos como la jihad, la culpabilidad de la educación, de la familia (y más concretamente de los padres o la ausencia de estos).

Nos recibe un enorme púlpito por aquello de las religiones diversas en una Europa todavía más. Lo sagrado y los temas tabú de aquellos que más vale no hablar, pero que saldrán de las intervenciones de los protagonistas. Todo un set preparado para grabar. De acuerdo, es teatro documental, o quizás ¿deberíamos tachar teatro para dejarlo en documental?

Estamos en una sala excesivamente grande para que desde más allá de la sexta fila el espectáculo deje de tener sentido. Porque para los que estábamos sentados más lejos la función se nos hizo insoportable. Fue como asistir al rodaje de una película, pero desde un kilómetro de distancia. Incapaces de distinguir alguna cosa más allá de lo que la pantalla nos mostraba, nos perdimos el proceso (no estoy segura de si había algo que perderse tampoco, pero bueno en cualquier caso no lo vimos). Teatro más bien poco, reducido a los cambios de lugar de los personajes. Los sobretítulos colocados justo debajo de la pantalla, con letras en blanco, combinaban muy bien con el blanco y negro de las imágenes, eso sí, flaco favor para los que nos hubiera gustado combinar letra e imágenes. Imposible sin dejarse los ojos en el intento. 

Milo Rau nunca da respuestas en sus espectáculos sino que se limita a lanzar preguntas para que sea el espectador quien piense la contestación más plausible. Si la pregunta de partida era realizar una análisis sobre los fallos de la sociedad europea actual para intentar adivinar qué falla, la respuesta es que los datos aportados por el montaje son insuficientes para hallar la solución al problema. Nos hemos perdido en la casuística personal de cada caso, sin adentrarnos en el problema. Hay problema. No hay respuestas. Europa es culpable, todos somos europeos, todos somos culpables. Simplista a más no poder. Lástima.

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